Leonardo Fabre, líder de la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social (APOPS), ha arremetido contra la reciente visita de la cúpula de la CGT al Papa Francisco, describiendo a la delegación sindical como parte de la “oligarquía gremial” y criticando al Sumo Pontífice por no haber apoyado la estatización de las AFJP durante su tiempo como Obispo.

En un descargo contundente, Fabre acusó a los líderes sindicales de ser “egoístas y lejanos” mientras visitaban a Francisco en lo que él considera “la Roma imperial”. El dirigente gremial expresó su frustración al recordar que durante la lucha por la estatización de las jubilaciones, tanto Bergoglio como los obispos argentinos ignoraron su llamado de ayuda. Fabre incluso insinuó que la Iglesia Católica tenía su propia AFJP y estaba involucrada en el lucro a través de la privatización.

Fabre calificó el viaje de la delegación de la CGT como una “vergüenza para el movimiento obrero” y un “viaje al pedo”, llamando a la reunión “una reunión de parásitos a 12.000 kilómetros”. Estas declaraciones intensifican la ya tensa relación entre Fabre y la CGT, a la vez que reflejan su profundo desacuerdo con la actual conducción sindical y sus aliados.

El conflicto también se enmarca en un contexto de tensiones internas dentro de la administración de ANSES. Fabre ha sido acusado de facilitar una lista de trabajadores a despedir durante los más de 320 despidos ocurridos en enero de 2024, en la primera ola de recortes del gobierno de Javier Milei. Fuentes del sector sugieren que estas acciones podrían haber sido motivadas por una especie de venganza contra la gestión anterior del organismo.

Históricamente vinculado al sindicalismo de Hugo Moyano en los años 90, Fabre se ha distanciado de esa estructura y en las últimas elecciones se alineó con el partido Principios y Valores, liderado por el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno. Esta nueva afiliación política ha contribuido a su creciente perfil como un “alfil gremial” en el escenario político actual.

Las críticas de Fabre no solo revelan una fractura en el movimiento sindical, sino también un conflicto profundo entre las distintas facciones dentro del gremialismo argentino, en un momento crítico para el sector laboral y la política nacional.