El Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) inició este viernes una medida de fuerza en la planta de Nissan en Córdoba, paralizando la producción de la automotriz japonesa. La medida se lleva a cabo debido a la situación crítica que atraviesa la empresa, que ha suspendido a 120 de sus 180 operarios debido a la caída en las ventas y exportaciones de su modelo Nissan Frontier. La incertidumbre sobre el futuro de la planta se intensifica a medida que la compañía analiza la posibilidad de abandonar la fabricación en el país y convertirse en importadora de vehículos.

SMATA, liderado por Ricardo Pignanelli, advirtió que Nissan planea trasladar la producción de la Nissan Frontier a México, lo que pondría en riesgo cientos de empleos en Argentina. Ante esta amenaza, el gremio comenzó este viernes con asambleas en la planta de Santa Isabel y un quite de colaboración. Además, no descartan la posibilidad de llevar adelante un paro por tiempo indeterminado si se confirma la decisión de la automotriz de cesar sus operaciones industriales en Argentina.

La planta de Córdoba, que comparte con Renault bajo un acuerdo internacional que vence en diciembre de 2025, se encuentra en una situación delicada. La finalización de dicho acuerdo podría llevar al cierre definitivo de Nissan en el país, una posibilidad que alarma a los trabajadores del sector. Como parte de su proceso de reestructuración, la empresa ya ha implementado programas de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, medidas que reflejan la reducción de personal y una creciente preocupación tanto en el sector industrial como en el sindical.

Cabe destacar que la crisis de Nissan no es exclusiva de Argentina. A nivel global, la automotriz enfrenta dificultades financieras que han llevado a la empresa a negociar una posible fusión con Honda. Además, ha realizado recortes masivos de empleo en Estados Unidos como parte de su estrategia para reducir costos. Esta situación refuerza la incertidumbre sobre el futuro de Nissan en el país, especialmente en un contexto donde otras empresas automotrices, como Mercedes-Benz, ya han reducido drásticamente su presencia en el mercado argentino.

La amenaza del cierre de la planta y la pérdida de puestos de trabajo en Córdoba pone de relieve la difícil situación que enfrenta la industria automotriz en Argentina, un sector clave para la economía nacional. Las próximas semanas serán clave para definir el rumbo de Nissan en el país y el impacto que tendrá en la fuerza laboral del sector.