El clima de tensión en la CGT crece a medida que se acerca el paro general convocado para el 10 de abril, especialmente por la postura incierta de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Mientras el gremio de los choferes sigue sin definir su participación en la medida de fuerza, algunos dirigentes de la central obrera ya comienzan a cuestionar su permanencia en la organización.

La incertidumbre sobre la adhesión de la UTA al paro general de 36 horas, que originalmente fue aprobado por la CGT, ha generado un fuerte malestar interno. En la previa, la UTA estuvo representada por Mario Calegari en una reunión del barrionuevismo, en la que se acordó pedir un paro de 36 horas en lugar de uno de 24. Sin embargo, la UTA no envió representantes al Consejo Directivo de la CGT, donde la propuesta fue finalmente modificada y se aprobó un paro de 24 horas para el 10 de abril.

El protagonismo de la UTA en el conflicto salarial que atraviesa y sus recientes maniobras legales, como la notificación de una Conciliación Obligatoria, han dejado en suspenso su postura frente al paro. Esta falta de claridad sobre su participación ha encendido las alarmas dentro de la CGT. Algunos dirigentes no dudan en expresar su malestar. "Yo los expulsaría de la CGT", aseguró uno de los referentes más influyentes de la central obrera, quien siente que la actitud dubitativa de los choferes podría perjudicar la unidad del movimiento sindical.

El conflicto de la UTA se ha complicado aún más por la interpretación legal sobre la conciliación obligatoria. Un abogado con experiencia en la gestión del Ministerio de Trabajo aclaró que la conciliación solo abarca el conflicto específico que está en el expediente, y no se puede extender a otros conflictos, lo que ha generado un cruce de versiones entre las partes involucradas.

A medida que se acerca la fecha del paro, la tensión dentro de la CGT sigue creciendo. Mientras algunos dirigentes consideran que la UTA está socavando la fuerza del movimiento sindical, otros se mantienen a la espera de una definición clara sobre el papel de este gremio en la protesta. El futuro de la relación entre la UTA y la CGT parece estar en juego, y todo apunta a que los próximos días serán clave para resolver esta disputa interna.