La Confederación General del Trabajo (CGT) concluye el año con una fuerte advertencia al Gobierno de Javier Milei, tras una serie de tensiones laborales que incluyeron críticas al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que fijó el aumento del salario mínimo hasta marzo de 2025. En este contexto, la central sindical dejó en claro que no descarta convocar a una movilización o incluso a un paro general en enero, en respuesta a lo que consideran políticas laborales desfavorables para los trabajadores.

Octavio Argüello, dirigente camionero de la rama de Recolección y reemplazo de Pablo Moyano en la conducción de la CGT, fue quien planteó la posibilidad de una huelga nacional. Argüello ya había anticipado esta medida de fuerza días atrás, mientras se intensificaban las negociaciones con la Casa Rosada sobre temas laborales sensibles. En este sentido, el dirigente aseguró que el descontento con el gobierno de Milei está en aumento, señalando que las diferencias entre el oficialismo y la central obrera se están "profundizando".

El reclamo central de la CGT gira en torno al salario mínimo, que, según la central sindical, ha acumulado una pérdida de poder adquisitivo superior al 70%, lo que coloca al salario en niveles inferiores a los registrados en diciembre de 2001, antes de la crisis económica. Mientras el presidente Milei firmó un aumento para el salario mínimo, llevándolo a $297.000 en marzo de 2025, la CGT había pedido una suba más significativa, acercándose a los $572.000. Desde la central, consideran que el aumento otorgado favorece a los empresarios y perjudica a los trabajadores.

Además de la cuestión salarial, la CGT también ha expresado su malestar por otros temas laborales, como el DNU 70, cuya parte laboral fue judicializada por considerarse inconstitucional, y una reforma sindical que proponía eliminar las reelecciones para los dirigentes gremiales. En el marco de estas disputas, el gobierno de Milei también adelantó que avanzará con una "reforma laboral profunda" en 2025, lo que genera más incertidumbre en el sector sindical, especialmente por la posibilidad de un techo del 1% mensual para las paritarias, argumentando la necesidad de controlar la inflación.

Aunque la CGT ha mantenido un espíritu de diálogo con el Gobierno, Argüello subrayó que la falta de respuesta a los reclamos de los trabajadores está llevando a una situación insostenible. "El gobierno no escucha lo que le estamos planteando, y cada vez esto se va a ir profundizando más", advirtió, dejando en claro que la posibilidad de una movilización o un paro general está sobre la mesa, siempre dentro del marco democrático y legal.

La situación laboral en el país sigue siendo tensa, y se espera que la CGT defina, en los próximos días, el rumbo de sus acciones en función de la respuesta del Gobierno.