En una reciente entrevista, Lucía Alberti, destacada defensora de los derechos humanos y miembro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), compartió sus reflexiones sobre el estado actual de la democracia en Argentina y la lucha por los derechos fundamentales.
Alberti recordó la importancia histórica de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), afirmando: "Nunca más debemos olvidar lo que sucedió. La memoria es crucial para que no se repita la historia". En un contexto en el que se conmemoran más de 40 años de democracia, su mensaje resuena con fuerza ante el riesgo de un retroceso en los derechos adquiridos.
Durante la charla, la defensora destacó que "el temor y la incertidumbre" fueron palpables en aquellos tiempos difíciles, y subrayó que "el odio no tiene lugar en mi corazón. Puedo sentir enojo, pero nunca odio". Este enfoque, según ella, es fundamental para comprender las luchas del pasado y del presente.
Alberti también criticó el consumismo que separa a las clases y cómo la economía deteriora el acceso a la información. "A medida que la gente compra menos libros y diarios, se vuelve más susceptible a los discursos simplistas que desinforman", advirtió, reflexionando sobre cómo las frases que deslegitiman la protesta social se arraigan en la mente colectiva.
En relación con la actual situación política, enfatizó: "Estamos viendo una restricción de derechos desde el poder ejecutivo, algo que no habíamos experimentado en décadas". Según Alberti, "la clase media se ha acostumbrado a aceptar pérdidas de derechos sin cuestionar, y eso es gravísimo".
Sobre la reciente actividad legislativa que ha restringido derechos, dijo: "Los legisladores que usurpan la democracia deben renunciar. No pueden representar al pueblo quienes apoyan regímenes autoritarios".
Al finalizar, Alberti instó a la ciudadanía a mantener viva la memoria: "Si olvidamos, estamos condenados a repetir los mismos errores. La memoria, verdad y justicia son esenciales para un futuro mejor".
Con una voz clara y comprometida, Lucía Alberti nos recuerda que la lucha por los derechos humanos es un camino constante, y que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la defensa de la democracia.