En medio del creciente debate sobre la reapertura de las causas por crímenes cometidos por organizaciones guerrilleras en los años 70, Héctor Costa, abogado y consultor político, ha expresado un firme descontento con la propuesta de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Según Costa, la intención de Villarruel de revisar estos casos no solo es innecesaria, sino que también podría resultar perjudicial para la cohesión social y la estabilidad política del país.

Costa, conocido por su enfoque pragmático y su experiencia en el ámbito jurídico y político, ha declarado que la reanudación de estas investigaciones sería una distracción peligrosa en un momento en que el país enfrenta desafíos significativos. “El país necesita avanzar, no retroceder en viejas disputas que ya han sido suficientemente discutidas y resueltas”, afirmó Costa en una reciente entrevista. “Reabrir estas causas no contribuirá a la justicia ni a la paz social. Más bien, reavivará heridas que aún no han sanado y podría profundizar la polarización que ya enfrentamos”.

El abogado subraya que la administración actual, liderada por Javier Milei, debería enfocarse en resolver los problemas inmediatos que aquejan a la Argentina, como la crisis económica y la inseguridad, en lugar de centrarse en temas históricos que, en su opinión, no aportarán soluciones prácticas a los problemas del presente. “El gobierno debería priorizar la recuperación económica y la seguridad, no abrir viejas heridas que solo servirán para distraer y dividir a la sociedad”, argumenta Costa.

Costa también cuestiona la postura de Villarruel desde una perspectiva legal, señalando que muchos de los crímenes perpetrados por las organizaciones guerrilleras ya han sido juzgados y castigados en su momento. “Reabrir estos casos sin una base legal sólida ni nuevos elementos probatorios no solo es innecesario, sino que podría ser visto como una forma de revanchismo”, añade.

El abogado y consultor también expresó su preocupación por las implicaciones políticas de esta medida. “La propuesta de Villarruel parece ser más una maniobra política que un verdadero esfuerzo por lograr justicia. En lugar de fortalecer la unidad nacional, corre el riesgo de exacerbar divisiones y tensiones que la sociedad argentina ya ha aprendido a manejar”, sostiene Costa.

En respuesta a la defensa de Villarruel de que la justicia aún no ha sido completamente servida para las víctimas del terrorismo guerrillero, Costa argumenta que el foco debería estar en garantizar la justicia y la reparación para todas las víctimas, sin importar el bando al que hayan pertenecido. “El objetivo debe ser construir una sociedad más justa y equitativa, no perpetuar una narrativa de victimización que solo sirve para mantener vivas las divisiones del pasado”, concluye.