En las entrañas del poder económico argentino, se percibe un clima de cautela palpable. La persecución oficial hacia los críticos ha calado hondo entre los CEOs más influyentes del país. Teddy Karagozian, destacado entre los empresarios nacionales, fue despedido esta semana del equipo de asesores económicos de Javier Milei por su franca evaluación sobre la crisis, el atraso cambiario y las falencias en la ejecución del plan económico, puntos que incluso vivió y criticó durante el gobierno de Mauricio Macri.

Salvo por algunos capitalistas militantes, el diagnóstico crítico de Karagozian parece ser compartido en lo que se conoce como el Círculo Rojo, aunque por temor a represalias o ataques desde la Casa Rosada, estas opiniones se expresan en privado y a media voz. Esta catarsis colectiva tuvo lugar recientemente en dos eventos clave del establishment: una reunión de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) con Guillermo Francos, jefe de Gabinete, y otro encuentro significativo del Grupo de los Seis (G-6) en la Rural de Palermo, con la participación destacada de Eduardo Eurnekian.

En ambas instancias, se plantearon críticas y preocupaciones sobre el atraso cambiario y otros desafíos económicos, temas que el gobierno de Milei sostiene con firmeza como garantía contra la inflación descontrolada. También se discutió quién representará al sector privado en la Mesa del Pacto de Mayo, un rol que, según indicaciones de la Presidencia, podría recaer en un CEO del campo, preferiblemente conciliador y con intereses estables.

Este escenario de críticas emergentes recuerda a los días de la era Macri, con problemas y desafíos similares, pero en un lapso mucho más breve. Figuras como Karagozian, que anteriormente se enfrentaron con el modelo económico de aquel entonces, ahora convergen rápidamente en un diagnóstico crítico similar.

En medio de estas discusiones, Eduardo Constantini, presente en uno de los eventos, enfatizó la necesidad urgente de corregir el atraso cambiario, advirtiendo sobre las repercusiones negativas de mantener el cepo sin dólares, una opinión compartida por otros presentes como Paolo Rocca de Techint y Luis Pagani de Arcor, quien además destacó la importancia de exportar para compensar la débil demanda interna.

En resumen, mientras el Gobierno de Milei enfrenta críticas veladas pero significativas desde el sector empresarial, la búsqueda de un consenso económico se convierte en un desafío clave para evitar una profundización de la crisis.