El Ministerio de Trabajo de la Nación intervino en el conflicto laboral que atraviesa Granja Tres Arroyos, la principal empresa avícola de Argentina, al dictar una conciliación obligatoria que suspende temporalmente los 70 despidos que la compañía había realizado en su planta de Concepción del Uruguay, Entre Ríos. La medida, que obliga a la reincorporación de los trabajadores por un plazo de 15 días, también insta a la empresa a abrir una instancia de negociación para tratar la crisis que atraviesa.

Granja Tres Arroyos enfrenta serios problemas financieros, exacerbados por la subida de costos y el cierre del mercado exportador hacia China debido a un brote de gripe aviar en el país. Ante esta situación, la empresa había solicitado un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) en diciembre de 2024, con el argumento de que necesitaría despedir hasta 700 trabajadores o implementar medidas drásticas, como la eliminación de adicionales salariales.

El Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, que representa a los empleados de la empresa, criticó duramente las decisiones de la compañía. Miguel Ángel Klenner, secretario general del gremio, denunció que Granja Tres Arroyos pretende reducir su plantilla de faena de 800 a 400 trabajadores, lo que, a su juicio, implica una precarización del empleo. "Quieren precarizar el trabajo y reducir la plantilla sin respetar los derechos de los trabajadores", afirmó Klenner.

En respuesta a los despidos, los trabajadores se manifestaron en la planta de Concepción del Uruguay, buscando visibilizar la crisis y detener las cesantías. Un operario despedido relató cómo fue afectado por la decisión: "Hoy vine como todos los días a las 3 de la mañana y me encontré con que no me dejaban ingresar. Cerca de las 10 de la mañana ya tenía el telegrama de despido en casa", contó, explicando que su salario ya había sido reducido en un 50% en los últimos meses.

La conciliación obligatoria suspendió temporalmente los despidos, pero la situación sigue siendo incierta para los trabajadores de Granja Tres Arroyos, quienes temen que la crisis continúe afectando sus condiciones laborales y sus fuentes de ingresos. El sindicato y los empleados seguirán presionando para que la empresa revierta sus medidas y se respeten los derechos laborales.