La crisis económica en el país ha cobrado una nueva víctima con el cierre definitivo de la empresa Textil Río Grande, que ha dejado a 40 trabajadores sin empleo y en medio de un conflicto por las indemnizaciones. Los empleados denuncian que el proceso de retiro voluntario impulsado por la empresa es un “fraude”, ya que fueron forzados a aceptar la medida debido a la incapacidad de la empresa para cubrir sus gastos.

Según un dirigente de la Asociación Obrera Textil (AOT), la empresa, que no presentó formalmente el pedido de quiebra, anunció en una audiencia en el Ministerio de Trabajo que no reabrirá sus puertas ni pagará los salarios adeudados. El dirigente Diego Abrego calificó el retiro voluntario de “fraudulento”, afirmando que los trabajadores fueron presionados a aceptar la salida debido a la situación financiera desesperada de la empresa.

La dirección de la empresa argumenta que el cierre es consecuencia de la falta de ventas y el agotamiento del stock, pero el sindicato de Tierra del Fuego sostiene que los problemas financieros no deben ser absorbidos por los trabajadores, quienes enfrentan la pérdida de su fuente de ingresos.

El conflicto se agrava aún más debido a las condiciones de indemnización propuestas. La empresa ha comprometido pagar las indemnizaciones en un plazo de 12 a 18 cuotas, pero el gremio sostiene que esto representa solo un 60% de lo que realmente corresponde, al considerar solo la mejor remuneración desde el inicio de las suspensiones en noviembre de 2023, excluyendo acuerdos paritarios, sumas no remunerativas y aguinaldo.

El secretario general del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (SETIA), Rodrigo Cárcamo, detalló que la situación en el sector textil en Tierra del Fuego es crítica, con varios conflictos en curso. Barpla, por ejemplo, tiene a todo su personal suspendido con el 100% de sus haberes, pero sin proceso productivo en vista. Por otro lado, Sueño Fueguino enfrenta un reclamo judicial por parte de la patronal que exige condiciones laborales similares a las del sector metalúrgico.

Cárcamo señaló que las textiles en todo el país operan solo entre un 25% y un 35% de su capacidad y criticó al gobierno por no ofrecer políticas que apoyen a la industria nacional. “Hoy no se avizora un repunte en el sector”, concluyó el dirigente sindical, quien subrayó la falta de medidas concretas para enfrentar la crisis que afecta a la industria textil.