A días del balotaje presidencial en Uruguay, la educación ha vuelto a ser uno de los temas más debatidos entre los dos candidatos que disputan la presidencia: Álvaro Delgado y Yamandú Orsi. Aunque ambos coinciden en algunos puntos clave, como la universalización de la enseñanza desde los tres años, la extensión del tiempo pedagógico y el fortalecimiento del Plan Ceibal, las diferencias surgen principalmente en torno al papel de los sindicatos docentes y la reforma educativa implementada por el actual gobierno.

Durante el debate presidencial del pasado 17 de noviembre, Delgado defendió la continuidad de la transformación educativa liderada por Robert Silva, presidente del Codicen. En su intervención, destacó que su gobierno “se animó” a enfrentar a los sindicatos docentes, un desafío que, según él, el Frente Amplio no pudo superar debido a las presiones sindicales. “Nosotros hicimos lo que el Frente Amplio no pudo, porque cedió ante las presiones sindicales”, aseguró Delgado, subrayando la firmeza de la administración actual en este aspecto.

Por su parte, Yamandú Orsi criticó la reforma educativa del gobierno de Luis Lacalle Pou, calificándola como “una improvisación mes a mes” y asegurando que, en caso de ganar las elecciones, no implementaría cambios estructurales. Orsi expresó su desacuerdo con las políticas implementadas, señalando la falta de planificación y la escasa participación docente en el diseño de las reformas.

En medio de este debate, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, apuntó contra los sindicatos docentes, acusándolos de “librar todas las batallas equivocadas”. En particular, criticó a José Olivera, dirigente de Fenapes, cuestionando su formación académica. “Nunca pisó el IPA (Instituto de Profesores Artigas)”, lanzó Da Silveira en una declaración que generó fuertes repercusiones. Olivera, en respuesta, descalificó las palabras del ministro, defendiendo su trayectoria en la educación. “Tengo más de 35 años en la docencia y más formación que él, que nunca pisó el IPA”, replicó el sindicalista en declaraciones al semanario Búsqueda.

Los sindicatos, en su mayoría, han criticado la reforma educativa por considerarla un proyecto impuesto sin la debida participación de los docentes. Olivera detalló que durante el actual período de gobierno, Fenapes logró frenar algunas de las medidas más controversiales, como la elección de horas por más de un año y la eliminación de asignaturas. Sin embargo, también denunció que ni el Poder Ejecutivo ni el Parlamento han acompañado con el presupuesto necesario para implementar los cambios anunciados. “Esto demuestra que dentro de la propia coalición de gobierno hay diferencias”, sostuvo Olivera, apuntando a las tensiones internas dentro del oficialismo.

A medida que se acercan las elecciones, la educación continúa siendo un tema candente, con profundas divergencias sobre cómo debe llevarse a cabo la transformación educativa en Uruguay. Mientras que algunos defienden la reforma como un paso necesario para modernizar el sistema, otros la consideran una imposición que no ha logrado generar consenso entre los actores clave del sector. La discusión sobre el papel de los sindicatos, el financiamiento y la participación docente será sin duda uno de los puntos centrales del balotaje presidencial.