En una reciente conversación, Graciela Bravo, docente con una amplia experiencia, compartió sus inquietudes sobre la enseñanza actual y el alarmante aumento de la violencia en las escuelas, ejemplificado por el reciente caso de una docente agredida por madres de estudiantes.

Bravo inició la charla expresando su desacuerdo con las metodologías de enseñanza contemporáneas. “Sinceramente, no estoy de acuerdo con las nuevas metodologías. La tecnología puede ser una ayuda, pero se ha convertido en una comodidad para los chicos”, explicó. Para ella, el uso excesivo de herramientas digitales ha llevado a una falta de lectura y comprensión entre los alumnos. 

“Muchos de mis estudiantes vienen y me dicen que sacaron un 10 en clase porque la máquina les dio esa nota. Pero cuando les pregunto de qué se trata el tema, no tienen idea”, relató. Esta desconexión entre el uso de la tecnología y la comprensión del contenido es una de sus principales preocupaciones.

Bravo enfatiza la necesidad de una comunicación efectiva en el aula. “Los alumnos deben tener un conocimiento previo sobre lo que van a presentar. No se trata solo de buscar información en Google, sino de entenderla”, afirmó. Además, considera fundamental que los docentes se involucren con sus estudiantes. “Soy muy abierta con ellos. Les hablo como si fueran mis hijos, y me cuentan todo. Tengo una relación de confianza que me parece esencial”.

En el contexto de la violencia creciente en las escuelas, Bravo cuestiona el rol de los docentes, los alumnos y la sociedad en general. “No me parece correcto que se empiece a meter en la privacidad de las familias. La solución no es siempre acudir a la agresión. A veces, escuchar un par de minutos al chico puede ser suficiente”, reflexionó.

A pesar de los desafíos, Bravo mantiene una visión optimista sobre su labor. “Vienen contentos y se van contentos. La satisfacción de saber que he dejado una huella en ellos es muy importante para mí”, concluyó, destacando la importancia de construir relaciones positivas y duraderas con sus estudiantes.

Graciela Bravo representa una voz crítica frente a la modernidad en la educación y la creciente violencia en las aulas. Su enfoque centrado en la comunicación y la comprensión profunda del contenido refleja un deseo de revertir las tendencias actuales y fomentar un ambiente educativo más enriquecedor y seguro.